miércoles, 13 de junio de 2007

Sin acritú

Los informes orales de las acusaciones se están convirtiendo en una especie de válvula de escape mediante la que los defensores de la versión oficial tratan de desahogar sus frustraciones disparando a todo lo que se mueve.

La Fiscalía arremete contra los medios de comunicación que hemos estado denunciando la patraña del 11-M. Habla de juicios paralelos, de ataques a la fiscal del caso, de periodistas que "no están a la altura". Yo no sé si estaremos muy a la altura (yo tiendo más bien a bajito), pero lo que sí sé es que hemos estado denunciando las mentiras defendidas por la Fiscalía mes tras mes y todo lo que hemos dicho se ha ido confirmando punto por punto.

Por ceñirnos exclusivamente al tema de los explosivos, esa Fiscalía que se permite el lujo de arremeter contra las medios de comunicación lleva tres años engañando a los españoles, diciéndoles que en los trenes estalló Goma2-ECO. Cuando nosotros denunciábamos que nos estaban mintiendo y que había gato encerrado, se nos quiso descalificar, acusándonos de sembrar sospechas infundadas. Pues bien, una semana antes de presentar sus conclusiones finales, la Fiscalía se ve forzada a cambiar su versión y ahora lo que estalló en los trenes no es Goma2-ECO (porque esa mentira ya no se puede sostener con los datos existentes) y nos dicen que lo que estalló es una mezcla de Goma2-ECO y Goma2-EC, que además se habría contaminado en el laboratorio de los Tedax (porque, sin esa contaminación, tampoco se explica la aparición de nitroglicerina). Sólo por eso, el señor Zaragoza, la señora Sánchez y el señor Bautista deberían irse a su casa sin más dilaciones. Han mentido o han sido incompetentes, y en cualquiera de los dos casos no están capacitados para dirigir una investigación criminal de esta envergadura.

Arremete también la Fiscalía contra determinadas acusaciones particulares, acusándolas de "esquizofenia procesal". El abogado de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, José María de Pablos, tuvo que poner en su sitio al señor Zaragoza, recordándole que no resulta muy elegante por parte del fiscal descalificar de esa forma a las víctimas representadas por esas acusaciones; víctimas que, en su mayoría, lo que quieren es la verdad, y no sólo indemnizaciones monetarias. Víctimas que tienen todo el derecho a preguntar lo que les plazca para averiguar quién mató a sus seres queridos o las hirió a ellas mismas. Y si al señor Zaragoza le parece mal que las víctimas pregunten, ante la manifiesta incompetencia o mala fe de la Fiscalía a la hora de perseguir la verdad, entonces es que el señor Zaragoza tiene un problema moral grave.

Las acusaciones vinculadas a la asociación que dirige Pilar Manjón, por su parte, han insistido en arremeter contra el anterior gobierno del PP con la misma cantinela gastada de la Guerra de Irak, de Bin Laden, de Aznar el lacayo de Bush y de los moros malos muy malos pero mejores en cualquier caso que los aviesos fachas del PP. Eso sí, continúan sin explicar a los españoles por qué, si el atentado fue obra de Al Qaeda, ha renunciado esa asociación a acusar al único miembro constatado de Al Qaeda que aparece en las investigaciones, que es el dueño de esa casa de Morata de Tajuña donde se montaron las bombas. Las bombas se montan, según ellos, en la casa de un miembro de Al Qaeda, pero ese miembro de Al Qaeda no tiene nada que ver con los atentados. Curioso, ¿verdad? A otro perro con el hueso de la Guerra de Irak.

Y han arremetido también esas acusaciones contra las demás acusaciones. Incluso, en un prodigio de elegancia, uno de los abogados de esa asociación se ha permitido intentar descalificar de forma bastante chabacana la labor de uno de los peritos de parte que ha trabajado en el análisis de los explosivos, perito que es, además, víctima del propio atentado. No resulta extraño ese comportamiento. Los insultos a las víctimas que no están dispuestas a comulgar con la rueda de molino de la versión oficial han sido constantes a lo largo del juicio. Incluso se han producido amenazas y agresiones a alguna de las víctimas por parte de miembros de esa asociación que dirige Pilar Manjón.

Muchos nervios, decididamente. Pero no es extraño. Resulta que los medios de comunicación que denunciamos la mentira oficial que se intentó vender a los españoles, no sólo no hemos visto refutadas nuestras tesis en el juicio, sino que todo los datos han sido corroborados por los testigos que han desfilado ante el tribunal. Yo no sé si ese tribunal se atreverá a hacer lo que debe. Desde luego, si en Estados Unidos se condenara a 28 negros por volar un tren y se aportara como pruebas una furgoneta donde aparecen unos explosivos que los perros no olieron, una mochila que nadie vio en las estaciones pero que aparece en una comisaría de policía y unos análisis en los que los componentes de dinamita aparecen y desaparecen por arte de birlibirloque, el escándalo en todo el mundo sería monumental. Todos nuestros progres oficiales se lanzarían a ganarse tertulianamente el pan hablando de guantánamos procesales, de racismo galopante, de falsos culpables y de lo malos que son Bush y, por extensión, Aznar.

Pero aquí esos mismos progres se baten el cobre para que se condene a dos decenas de moros con esas mismas pruebas sonrojantes, porque hace falta condenar a moros para demostrar que Aznar y Bush pusieron las bombas en los trenes. Y el que esos moros sean culpables o inocentes le importa un carajo a nuestros progres oficiales. ¿No necesita mártires la revolución? Pues ahorremos tiempo creándolos nosotros mismos.

Sois hipócritas. Sois fariseos. Y, lo que es peor, carecéis de cualquier escrúpulo moral. Comulgareis con ruedas de molino y haréis a quienes os siguen comulgar también con esas mismas ruedas. Y hoy defenderéis que estalló Goma2-ECO, y mañana que fue una mezcla de explosivos y pasado mañana diréis que hubo una contaminación. Y si resultara que en los trenes estalló Titadyne, pasaríais inmediatamente a defender que Al Qaeda ha usado Titadyne desde que el mundo es mundo. Porque os importan un bledo los hechos y os importa un bledo la verdad. Y lo único que necesitáis es seguir engañando un poco más a algunas víctimas y a una parte de la sociedad. Porque. si no lo hacéis, el chiringuito se desmorona.

Habéis mentido, habéis ocultado, habéis destruido todas las pruebas que pudisteis. Y, a pesar de todo ello, la investigación sigue adelante. Hemos conseguido arruinaros la farsa que queríais que este juicio fuera. Hemos conseguido haceros hablar de lo que no soportáis: los hechos. Y vamos a continuar investigando hasta saber el nombre y apellidos de cada uno de los que participaron en la masacre. Y de cada uno de los que contribuyeron a ocultar a los verdaderos autores.

Insisto: no sé qué es lo que va a hacer el tribunal. Yo supongo que hará justicia, porque está formado por tres buenos jueces, y estoy seguro de que las presiones políticas no van a surtir efecto. Confío en que el tribunal no condenará a ningún inocente, y menos si eso sirve para alejar las responsabilidades de los verdaderos culpables. Pero, si el tribunal decidiera avalar la gran farsa, tampoco me preocupa demasiado. Por mi parte, creo que algunos hemos hecho cuanto estaba en nuestra mano, poniendo sobre la mesa los datos suficientes como para que el tribunal pueda dictar esa sentencia justa que todos esperamos. A partir de ahí, que cada palo aguante su vela. Desde luego, decida lo que decida el tribunal, los medios de comunicación de siempre, ésos a los que la Fiscalía tiene tan poco cariño, vamos a seguir investigando y aportando nuevos datos. Y la verdad y los hechos son muy tozudos. Como también lo somos nosotros, ¡qué le vamos a hacer!

Está en nuestra naturaleza.

No hay comentarios: