jueves, 24 de enero de 2008

La directora forense evidencia los montajes del suicida y la bolchila

La directora del equipo forense muestra de viva voz la falsedad de la mochila: "ni clavos, ni tuercas, ni tornillos. No había metralla entre nuestros 191 muertos"; sin embargo, en la mochila de Vallecas pusieron más de medio kilo de tornillos y clavos.

La directora del equipo forense muestra el montaje islamista puesto en marcha por el PRISOE a través de la invención del falso suicida: "Lo dije en muchas ocasiones: no había ningún signo indiciario, ninguna huella, ninguna huella, ninguna traza que nos hiciera pensar que entre nuestros muertos había terroristas suicidas".

martes, 8 de enero de 2008

La UCO: ¿proveedora del 11M o de la trola posterior?

A continuación extraemos parte de la exclusiva de Antonio Rubio en el diario El Mundo, que aporta uná pista sobre la procedencia de los explosivos que según la sentencia se emplearon en los trenes :

«Los explosivos que se utilizaron en el 11-M fueron puestos en circulación por la UCO de la Guardia Civil». Así de contundente es Mario Gascón, ex colaborador de la Unidad Central Operativa y que se encuentra huido de España desde hace más de tres años.

Salió de España a finales de 2004, después de recibir amenazas desde la UCO. «Después del 11-M, el capitán Paco me amenazó con una pistola y me dijo que no contara nada», afirma Gascón. El ex colaborador de la UCO asegura que el oficial de la Guardia Civil sentenció mientras mantenía la pistola en su pecho: «Este marrón se lo van a comer los moros».

«Yo mismo ofrecí esa dinamita a varios grupos de colombianos, rumanos y búlgaros, siguiendo órdenes. Más tarde, Zouhier se lo ofreció a los moros»

Ello corrobora punto por punto la versión en el juicio de Rafá Zouhier e incluso va más allá al acusar a la UCO de haber puesto los explosivos en el mercado. Gascón ratifica también las reuniones en el McDonald's de Carabanchel y asegura que casi todos los asistentes eran confidentes policiales.

Lo que Gascón afirma es que la UCO quería utilizar esos explosivos robados para atrapar a bandas mafiosas, lo mismo que la tristemente célebre Ucifa hacía con la droga incautada para detener a narcotraficantes.

La otra gran revelación de Mario Gascón es que la UCO hizo caso omiso de las advertencias de Zouhier hasta octubre de 2003, cuando le estalló en la mano un detonador. En ese momento, la UCO se tomó en serio lo que decía Zouhier y decidió seguir investigando, aunque no lo suficiente para evitar la masacre que tuvo lugar tan solo seis meses después.

El testimonio de Mario Gascón deja pocas dudas sobre su autenticidad -entre otras razones, porque se autoincrimina en el tráfico de explosivos- pero abre otras considerables incógnitas. Entre ellas, hasta dónde llegó la UCO, cuánto sabía de los tratos de Trashorras y Toro y si vendieron alguna cantidad de dinamita a ETA.

Mencionar que Gascón contaba con la máxima distinción otorgada a confidentes: A-1.